La famosa marca de bombones Ferrero Rocher cumple 25 años y se ha puesto manos a la obra para encontrar el escenario perfecto para celebrarlo. Para ello, busca un pueblo bello y bueno. Y sin duda Andalucía tiene un candidato perfecto: Frigiliana.
La localidad malagueña está entre las tres finalistas elegidas para convertirse en representante de sus 25 años. Junto a Morella (Castellón) y Torrecilla en Cameros (La Rioja), aspira a convertirse en ese ‘pueblo bello y bueno’ de Ferrero Rocher. Lo primero por sus paisajes y lo segundo por su gastronomía y el corazón de quienes lo habitan.
¿Por qué debe ser Frigiliana la localidad ganadora? Le sobran razones. Frigiliana es un pueblo bello porque condensa el encanto del blanco andaluz. Sus calles encaladas son el ejemplo perfecto de un típico pueblo del sur. Frigiliana también refleja el paso de la historia en la belleza de su arquitectura. Árabes, cristianos y sefardíes le han dejado su huella y un encanto único resultante de la mezcla de culturas.
La bondad de Frigiliana se la imprime su gente. Es un pueblo solidario tal y como cuenta el vídeo promocional de la candidatura. La generosidad de sus lugareños se refleja, por ejemplo, en la celebración del Festival de las Tres Culturas, una oportunidad para, además de pasarlo bien, recaudar fondos para diferentes iniciativas. Y el festival es una de las muchas formas con las que el pueblo se tiñe de solidaridad.
Y no podría dejarse de lado la gastronomía de Frigiliana. La miel de caña se convierte en una de las protagonistas del vídeo. Martín Berasategui, una de las caras conocidas de la campaña junto a Jesús Vázquez, Ana García Siñeriz y Boris Izaguirre, cuenta cómo el pueblo ha convertido esta herencia gastronómica de los árabes en seña de identidad.
La decisión está en manos de los usuarios. Desde el pasado 20 de noviembre y hasta próximo 26 pueden votar por su pueblo favorito. Después habrá una segunda frase hasta el 3 de diciembre. Nosotros no tenemos duda de que Frigiliana es ese pueblo bello y bueno que busca Ferrero Rocher, ¿y tú?
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