Álvaro Guillén, tradición aceitera con la meta de convertir el olivar en patrimonio mundial

«Yo de pequeño mamé aceite en vez de leche». Lo dice con una abierta sonrisa el sevillano Álvaro Guillén; tataranieto, bisnieto, nieto e hijo de aceitero; consejero del cuarto grupo comercializador de aceite de oliva a nivel mundial, Acesur. Tiene el peso de continuar con una larga tradición familiar pero también la satisfacción de ser partícipe de la mayor expansión internacional que ha experimentado este grupo andaluz con presencia, a través de sus productos, en un centenar de países de los cinco continentes. Sus marcas más reconocidas son Coosur, y, sobre todo, La Española, integrada en el Foro de Marcas Renombradas Españolas junto con firmas como Zara o el Real Madrid, y líder en su sector en veinte países. Un dato a tener en cuenta: Álvaro Guillén es uno de los impulsores, a través de la Fundación Juan Ramón Guillén de la que es patrón, de que el olivar sea declarado Patrimonio de la Humanidad.

Manuel Vaquero, cultivo andaluz y exportación del ajo negro con la esencia natural de Japón

Manuel Vaquero es un empresario montalbeño que un día decidió dar un giro a la historia de la empresa que, con tanto cariño, había fundado su padre veinte años atrás: La Abuela Carmen, un negocio familiar dedicado al cultivo, almacenaje y envasado de ajos. Recorrió el mundo intentando promocionar su género por Francia, Alemania, Italia… Hasta que en uno de sus viajes a Japón descubrió el ajo negro, una variedad de elaborada a partir del ajo fresco a través de un proceso de fermentación que combina temperatura y humedad y cuyo resultado final lo dota de un compendio de propiedades terapéuticas y culinarias.

Motoreta, arquitectura convertida en moda infantil con lenguaje propio

Desde un pequeño estudio del centro de Sevilla las creaciones de la firma de moda infantil Motoreta llegan a más de 25 países y se encuentran en unos 100 puntos de ventas en todo el mundo. Ellas lo tenían claro. Que sus diseños estaban hechos para romper fronteras. Las arquitectas Cristina López-Lago y María Llerena se lanzaron a esta aventura en el verano de 2013 con una primera colección que presentaron directamente en París. El 95% de su producción va fuera de España y cuenta entre sus principales clientes a Corea del Sur y EE.UU. La experiencia vital de ser madre fue lo que movió a Cristina a buscar una manera diferente de hacer las cosas. Ella se encarga de la parte de diseño y María, su socia de estudio, del marketing, concepto de marca y demás cuestiones. La suma de ambas ha logrado llevar el concepto del diseño a una moda demasiado dominada por los estereotipos y el de la sostenibilidad a una industria que a veces puja más por el producto que por las personas. No es el caso de Motoreta que se incluye en el movimiento Slow Fashion. Toda su producción se hace en España y lo llevan a gala en su eslogan de marca.

Fernando Miralles, la ilusión del emprendimiento con un revolucionario sistema de encuadernación

Tras una vida dedicada al negocio editorial, Fernando Miralles lanzó su nuevo proyecto en 2010, en plena crisis económica. Pero lo hizo con ilusión y plena confianza en su Bindo!, un sistema de encuadernación, desarrollado por él mismo, que por su sencillez y bajo coste puede revolucionar el sector. Con él se abre paso ya desde Cádiz en Alemania, Finlandia y Portugal.