Investigadores de la Universidad de Granada han desarrollado un dispositivo que permite proteger a las semillas ante depredadores. Está fabricado con materiales biodegradables y en los ensayos realizados hasta el momento arroja un porcentaje de éxito del 85%. Su aplicación está orientada a los procesos de reforestación.
Antonio Salas, un emprendedor de Morón de la Frontera, en Sevilla, puso en marcha el proyecto Artesanos del Aceite tras perder su anterior empleo. La idea consiste en trasladar la almazara al olivar, de modo que el agricultor obtenga su propio aceite, de la máxima calidad y de forma ecológica. Tras un mes de funcionamiento, agricultores de toda Andalucía se han interesado por este novedoso servicio.
Investigadores de la Estación Experimental Cajamar Las Palmerillas y de Universidad de Almería están implantando en el sistema de calefacción de un invernadero la combustión de biomasa a partir de residuos agrícolas que genera la propia explotación. Un sistema completamente limpio y ecológico que puede poner fin a un problema que se agrava en el tiempo y dar con la solución definitiva a uno de los problemas más graves y sin solución del cultivo bajo plástico. Ya existen invernaderos dotados con calefacción que funciona a través de la combustión de biomasa, pero por primera vez esta materia proviene de los residuos vegetales que genera el propio invernadero. Además el sistema es novedoso porque permite recoger el CO2 del humo de la combustión y filtrarlo después a las plantas para mejorar su productividad.
La inquietud de Paqui Ferrer por conocer el mundo de la agricultura, dentro y fuera del campo, la ha llevado a convertirse en la primera mujer que entra en el consejo rector de Parquenat Agrícola en los 21 años de existencia de esta cooperativa almeriense. Entró a formar parte de ella en 2003 como socia colaboradora y tras 11 años de esfuerzo logró ser socia de pleno derecho. Vinculada a la agricultura desde la niñez, hoy en día ostenta un cargo que le permite estar al frente de las decisiones que marcan cada paso que da la cooperativa. De naturaleza luchadora, anima a todas las mujeres que trabajan en el campo a seguir sus sueños y progresar en un mundo tradicionalmente de hombres.
Decidió ser ingeniero agrónomo por su amor al campo desde pequeño. Hoy recuerda aquellas tardes de la infancia entre olivos con nostalgia. Sin embargo, la mirada de este investigador sevillano se dirige esencialmente hacia el futuro. Ha desarrollado plantadoras con GPS, sensores que desde el aire detectan las malas hierbas para eliminarlas, sistemas que permiten dar la cantidad exacta de agua que necesita cada planta… ¿Cómo será el campo de futuro? “Lo imagino con vehículos que se desplazan sin conductor y el agricultor controlándolo todo desde un ordenador”, asegura Pérez-Ruiz.
Cristóbal Aránega llevaba toda la vida ligado al mundo de la agricultura de la mano de su padre cuando en 1995 decidió lanzarse al mundo empresarial y creó en Chirivel, Almería, la empresa Crisara, dedicada a prestar servicios especializados en agricultura y medio ambiente. Una apuesta decidida por la agricultura ecológica con la comercialización de productos sin residuos, respetuosos con la salud y el medio ambiente. Labor con la que se ha abierto paso por muchos países como Angola o República Dominicana y que ha sido reconocida a través de diversos galardones como el Premio de Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales 2012 otorgado por el Ministerio de Agricultura o el de Defensa del Medio Ambiente de la Fundación Social Universal.
