Ana Hungría acaba de recibir la beca L´Oréal-UNESCO 2014, una apuesta de estas dos instituciones por hacer visibles los mejores trabajos científicos desarrollados por mujeres de todo el mundo. Esta investigadora de la Universidad de Cádiz ha recibido el reconocimiento por sus estudios sobre catalizadores a través de microscopía electrónica para facilitar el uso del hidrógeno como combustible.
Allá por el año 77 no tenía muy claro qué camino escoger, y encontró en la carrera de Química su camino hacia la investigación. María José Gálvez lleva ya más de treinta años investigando desde el Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Granada. Su último trabajo de investigación, para el que han solicitado la patente internacional, está relacionado con la fórmula para transportar un fármaco contra la obesidad. Imparte varias asignaturas como docente y trabaja para la incorporación de las mujeres a la ciencia.
No tenía muy claro que la psicología era lo suyo cuando comenzó a estudiar, pero este campo la fue atrayendo cada vez más. Teresa Bajo, natural de Úbeda (Jaén), es catedrática de Psicología Experimental en la Universidad de Granada. Tras su licenciatura, se especializó en EE.UU., donde estudió y trabajó durante varios años. El comportamiento del cerebro en campos como el bilingüismo y el envejecimiento han centrado sus investigaciones.
Licenciada en Biología por la Universidad de Sevilla, allí empezó su labor investigadora en torno a una de las conocidas como ‘enfermedades raras’, por su baja incidencia en la población: el síndrome X Frágil. Yolanda de Diego se marchó pronto con una beca a Rotterdam, donde se encontraba el inicio de esta enfermedad, para trabajar con el equipo que había realizado el primer diagnóstico de esta dolencia. Actualmente ya están trabajando con ensayos clínicos con personas y obteniendo resultados positivos, trabajando en la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Regional Universitario de Málaga.
La piel de tomate es resistente y no se funde con el calor. Eso es gracias a un poliéster natural que contiene. Investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla utilizan este elemento para producir un barniz orgánico con el que impregnar las paredes internas de las latas de conserva. La sustancia, de bajo coste y elaborada a partir de pieles sobrantes de los tomates procesados en la industria alimentaria, podría sustituir los barnices químicos predominantes en la actualidad con las mismas prestaciones en la conservación de alimentos.
Investigadoras del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada estudian el desarrollo de la atención en bebés, con el objetivo de poder predecir trastornos como la hiperactividad o el autismo. Lo hacen a través de diferentes herramientas y ejercicios en el CIMCYC, el pionero centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento.
