Las manos de Paco y Ramona están detrás de los juguetes de madera que fabrica Arbolé en Granada. Comenzaron a fabricarlos en 1981 y ahí siguen, dibujando sonrisas en pequeños y mayores. Fabrican juguetes infantiles, piezas de coleccionista y autómatas se esconden en un rincón de su taller, en el que también fabrican muebles. En 2016 pretenden abrir las puertas de su taller y organizar visitas.
Un centro de yoga de Sevilla imparte gratuitamente clases de yoga y meditación para personas con cáncer tras la constatación científica de los beneficios que esta práctica produce. Las clases están supervisadas por Ana Casas, oncóloga del Hospital Virgen del Rocío, y diseñadas específicamente para estos pacientes por la profesora Lourdes Vidal, fundadora de Oyoga.
Cuando Saray y Rocío tuvieron a su hija se percataron de las carencias que había en el mercado respecto a las familias homoparentales. Todos los productos estaban dirigidos a un solo modelo de familia, formada por papá y mamá. Ellas han creado ‘Hijos del Arcoíris’, web en la que ofrecen álbumes, bolsos y otros productos en los que se refleja esa diversidad familiar.
Al casarse con Juan Salcedo, conocido como Juanito, Luisa Martínez iniciaba un nuevo camino que la ha llevado a desarrollar una de sus pasiones, la cocina. Ha recibido reconocimientos de todo tipo, desde la Medalla del Trabajo al Premio Andalucía del Turismo, pero de lo que hace gala permanente es de su rango de Embajadora del Aceite de Oliva Virgen Extra. A sus 84 años sigue cocinando a diario y no oculta los secretos de cocina que han hecho internacionalmente populares los fogones del restaurante ‘Juanito’.
«Andalucía es la luz por excelencia, no hay más que mirar su cielo y su colorido. Y todo eso da energía, vitalidad y ganas de vivir», dice María del Monte en su granito de luz. Y añade que «por eso en el sur de España quizás tengamos más ganas de ser felices que el resto». Por último lanza una invitación: «No os debéis perder pasar por aquí».
María del Carmen Martínez se hace llamar ‘Miss Catas’. Es su nombre como sumiller. Esta jerezana dejó su trabajo como contable para dedicarse a su pasión: el vino. Y para extenderla. Se dedica a realizar catas a domicilio para particulares y empresas con el fin de enseñar a disfrutar del buen vino y de dar a conocer sus propiedades.
